FABIÁN POVEDA ZÚÑIGA
(Latacunga
– 1954) es psicólogo, abogado, docente y artista plástico, pero,
fundamentalmente, un ser humano convencido de que la única forma de ser leal a
los demás es ser leal a uno mismo.
La única forma de ser leal a los demás
es ser leal a uno mismo”, sentenció el poeta español Vicente Aleixandre. Esta
convicción de vida, tan íntima, tan honesta, tan humana, parece ser la guía del
pensamiento y el accionar de Fabián Poveda Zúñiga.
Su
lealtad abraza, cariñosa y enardecidamente, a valores como la solidaridad, la
justicia y el patriotismo; esta nobleza social e intelectual le ha permitido
conversar con su sombra y encontrar en ella el reflejo claro y transparente de
sus ojos verdes…
Fabián
es psicólogo y abogado; también es maestro secundario por más de 25 años. En
todas estas actividades prevalecen sus principios ideológicos, democráticos y
progresistas, que apuntalan al ser humano, a sus aspiraciones y luchas, como el
eje central de la historia.
Esta
misma filosofía, como no podía ser de otra manera, también se encuentra
telúricamente viva en su obra plástica: cuando se observa un cuadro de Fabián
Poveda Zúñiga, un sacudón de sensaciones alborota el corazón; movimiento que
amaina, poco a poco, hasta convertirse en reflexiones, diálogos de
aseveraciones y críticas, que conmueven, esta vez, a la materia gris… Este
mismo temblor de emociones sintió nuestro personaje cuando el arte se le
presentó, ingenuo pero determinante, durante su niñez: su madre bordaba
manteles infinitos de ternura, en los cuales Fabián se perdía en el hechizo de
un arco iris de percepciones; fue el color quien empezó a dar luz a su sombra.
De
ese primer encuentro con el arte han pasado ya más de 40 años. Diversas
escuelas y técnicas han sido utilizadas por Poveda Zúñiga, desde el realismo,
el hiperrealismo, hasta el realismo mágico, la expresión que más convive con la
esperanza, tendencia con la que trabaja, apasionadamente, en la actualidad.
Sus
cuadros han viajado por las principales ciudades del país y también por urbes
del extranjero: Los Ángeles, Las Vegas, entre otras, han acogido con
beneplácito la calidad estética de su obra, que ha sido merecedora de
importantes reconocimientos y premios. El color y la forma, la conjunción de su
arte, retrata aquellos valores y principios, aquellas lealtades de su posición
frente al mundo: en sus cuadros, invención de realidades dolidas y magia de
certeras esperanzas, está la historia de nuestro pueblo, la conquista salvaje,
la rebeldía castigada, el levantamiento independentista y la República, la
corrupción y la lucha por la libertad; en la obra de Fabián de Poveda Zúñiga se
encuentra un anhelo vehemente de rescatar nuestra identidad cultural.
En
este proceso de pensar y repensar (de conocerse a sí mismo y de analizar el
tiempo en que a uno le tocó vivir), y de crear y recrear (de saber quién es uno
y de proceder en correspondencia con sus ideales), Fabián también ha sido leal
con el arte: ha fundido la calidad y la exigencia estética, con su pensamiento
social.
Esta
composición entre arte e ideología es lo más parecido a la magia; la magia tan
cercana y humana de Fabián Poveda.
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